El pueblo de Copacabana es la última localidad boliviana para quienes van hacia Perú (o la primera para quienes llegan a Bolivia desde este país). Acostumbrados al trasiego de turistas, el pueblo vive de los hostales, restaurantes y puestos callejeros.  El sol y el buen clima son los dos factores que proveen a este pueblo de 30.000 habitantes, de un turismo constante pero no masificado. Eso, y el hecho de ser el principal puerto para navegar por el Lago Titicaca desde el lado boliviano.

Un paseo por el pueblo de Copacabana

Copacabana no es muy grande. A orillas del Titicaca, se abarrotan los chiringuitos y restaurantes en primera línea de lo que podríamos considerar la playa (de agua dulce) de Bolivia. Una calle principal concentra todos los negocios que ofrecen servicios para los turistas.

La calle principal tiene todo lo necesario para la estancia del visitante: terrazas con jardín, restaurantes con truchas frescas traídas del lago, accesorios para móviles y aparatos electrónicos, sándwiches de chola y empanadas, jerseys y bufandas con con el borado de dibujos andinos… Repartidas por esta calle se encuentran también las principales empresas que operan los tours por el lago. La Isla del Sol, la Isla de la Luna. Excursión de medio día, de día completo, de día más noche en hotel. Las vendedoras bolivianas se desenvuelven en inglés mejor que el más aplicado de los estudiantes de Vaughan TV.

Como aquellos ancestros que veneraban al sol, los vendedores ambulantes cumplen diligentemente sus tareas comerciales desde que el rey sol emerge del lago hasta que vuelve a zambullirse en él. Por la noche son los turistas quienes rinden culto a la luna, mientras los músicos itinerantes hacen sonar la guitarra y las conversaciones con otros viajeros buscan ese punto de catarsis que persiguen tantos trotamundos.

Al final de la calle se erige el Santuario de la Virgen de la Copacabana, la construcción que más merece la pena visitar. También hay un mirador en lo alto del cerro, el mirador de El Calvario, por si tienes ganas y fuerzas. La panorámica del Lago Titicaca y la Isla del Sol son excelentes.

La Virgen de Copacabana, el culto cristiano más antiguo de América

Después de cruzar por una calle abarrotada de puestos, los pulcros muros blancos de la Basílica de Copacaba aparecen dominando la explanada. Como una pequeña meca, la Basílica de la Virgen de Copacabana (en realidad Virgen de la Candelaria) exhibe sus cúpulas moriscas. El recinto está compuesto por la Catedral, un templete situado en el centro donde se alzan tres cruces, y cuatro templetes menores custodiando las esquinas. Los azulejos de colores adornan los arcos y las torres. Y el encalado blanco recuerda a los pueblos costeros del Mediterráneo. Para un español es como encontrarse de pronto con la imagen de Andalucía, blanca y musulmana.

Copacabana
Vista del Santuario de Copacabana (Bolivia).

*Casualmente llegué el 5 de agosto, día en que se celebra el culto a la Virgen. El santuario estaba a rebosar de gente.

Así como los portugueses tienen a su Virgen de Fátima y los franceses a la de Lourdes, la Virgen de Copacabana es una de las más veneradas en Bolivia. Como enemigos de los Incas, los aymara vieron en los colonizadores españoles a principal apoyo para defenderse, por lo que el cristianismo fue adoptado a no mucho tardar. En 1550 se levantó el primer edificio de culto.

La historia de Yupanki y su talla de madera

La primera talla en ocupar el puesto de la actual Virgen de Copacaba salió de manos de Tito Yupanki,

…un indio aymara, que la entregó a los eclesiásticos españoles como símbolo de su conversión. Por desgracia para Yupanki, los sacerdotes la rechazaron porque a su parecer la talla no salió muy esmerada. Así que Yupanki decidió marcharse a Potosí a aprender escultura y a formarse en los talleres de madera. Después de buscar una figura que le sirviera de inspiración Yupanki talló una primera imagen. Satisfecho con ella comenzó a buscar comprador. La Virgen fue pasando de mercado en mercado hasta que un eclesiástico de Copacabana la interceptó en el mercado de La Paz y la llevó hasta la Basílica donde quedó finalmente expuesta.

Leyenda del Indio Tito Yupanki

Isla del Sol, cuna de los Incas

La Isla del Sol es la más grande del Lago Titicaca. La leyenda dice que aquí nacieron los primeros incas, un hombre y una mujer, llamados Manco Cápac y Mama Ocllo.

Todo comenzó cuando Viracocha, dios del sol, bajó la mirada hacia la tierra y no le gustó lo que vio. En ese momento decidió alumbrar a sus dos hijos a quienes encargó el deber de enseñar a los humanos a trabajar la tierra y a mantener sus casas. Después, Viracocha les ordenó abandonar la isla y buscar el lugar donde fundar un nuevo imperio.

Leyenda de los primeros Incas

Y… voilá, ahí comienza la historia de los Incas, lejos aún del “ombligo del mundo” que es Cusco. Pero mucho antes de que la cultura Inca apareciera en la historia, el culto al sol ya estaba extendido a orillas del Lago Titicaca. Antes que los incas, los aymara, los   y otros pueblos andinos ya levantaban monumentos y realizaban ceremonias en honor al astro rey.

Lago Titicaca isla del sol
Vista desde la Isla del Sol, la más grande del Lago Titicaca.

Recorrido por la Isla del Sol

Aunque la isla está muy cerca de Copacabana, el trayecto dura unas dos horas y depende de las condiciones meteorológicas y de hacia donde sople el viento. La Isla tiene tres puertos: uno en la parte norte, otro en la parte sur, y uno intermedio por si no quieres andar 10 km a lo largo de la isla. En ella viven tres etnias, los Challa, los Challapampa y los Yumani.

El itinerario habitual suele comenzar en la parte norte de la isla. Después tienes toda la cima para recorrer hasta llegar al otro costado de la isla, hasta el pueblo de Yumani. Lamentablemente estaba cerrado cuando yo la visité, debido a las disputas entre las etnias que viven en la isla, así que mi recorrido comenzó a mitad de camino. Asegúrate de ir lo más ligero posible ya que los primeros 100 metros serán de subida y el esfuerzo puede dejarte exhausto (no te olvides que estás a 4.000 metros de altitud).

No puedes abandonar la isla sin pasar (y beber) por la Fuente de los Tres Caños, también llamada fuente de la juventud eterna. Desde aquí puedes continuar hacia Yumani o bajar al muelle. Con suerte también podrás encontrar algún bote que te acerque a la Isla de la Luna. Yo no lo hice por falta de tiempo.

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Complejo turístico junto al puerto Isla del Sol.

Cómo llegar a Copacabana y la Isla del Sol

El pueblo de Copacabana está a unas cuatro horas de La Paz. Desde la estación de autobuses salen varías compañías con diferentes horarios. Te aconsejo elegir un horario que no coincida con las horas punta, ya que toda carretera que entre o salga de La Paz estará saturada y acabarás envuelto en un caos de humo y bocinas (como me pasó a mí volviendo de Tiwanaku a La Paz).

Para llegar hasta Copacabana deberás cruzar por el Estrecho de Tiquina. Dependiendo de la empresa con la que viajes, es posible que el autobús cruce el lago en una de las plataformas flotantes o que haya otro autobús diferente esperando al otro lado del lago. En cualquier caso, los pasajeros siempre cruzan en lanchas.

estrecho tiquina lago titicaca
Estrecho de Tiquina, con las lanchas cruzando de una orilla a otra.

Cuánto tiempo quedarse en Copacabana

Copacabana se ve realmente rápido. Si te acercas desde La Paz, en un día puedes llegar hacer el tour por el lago y regresar. Si vas a continuar tu camino a Perú, intenta llegar tempreano y hacer el tour antes de que las lanchas empiecen a llenarse de turistas. Por la tarde/noche puedes encontrar autobuses hacia Puno o Cuzco que cubren el trayecto entre el lado boliviano y el lado peruano del lago.

Si decides hacer noche, tienes dos opciones: puedes quedarte a dormir en Copacabana o buscar un alojamiento en la Isla del Sol. En esta última tendrás un ambiente más íntimo y tranquilo, aunque también tendrás que pagar un poco más, tanto para dormir como para comer.

Copacabana Bolivia
Vista del Pueblo de Copacabana.

En mi caso, tenía claro que no iba a hacer noche, así que opté por una excursión de un día al Lago Titicaca. Con un día me bastó para ver el pueblo por la mañana, subir al mirador, comer unas empanadas de camino hacia la Isla del Sol, recorrerla de mitad a sur y volver al puerto de Copacabana. Después tomé el bus para proseguir mi viaje hacia Perú.

IMPORTANTE: Si vas a pasar por migraciones, asegúrate de llevar en orden todos tus papeles. Entre la fila de turistas que me encontré hubo algunos problemas por no tener estampado el sello de entrada a Bolivia. Conviene tenerlo en cuenta si entras por Villazón, ya que en este puesto te suelen poner el sello de salida de Argentina, pero no el de entrada a Bolivia. (Así es como me lo pusieron a mí, porque como trabajaba y vivía temporalmente en Argentina, me consideraron como a una ciudadana más, a pesar de no tener la cédula ni el permiso de residencia argentinos.)

Si ya tienes claro cuánto tiempo le vas a dedicar, prepara el protector solar y una mochila ligera. Te espera un día con vistas alucinantes en el lago navegable a mayor altura del mundo.

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