La Quebrada de las Conchas es uno de los principales destinos turísticos en la provincia de Salta, en el noroeste argentino. Se trata de una reserva natural con un característico paisaje rojizo y macizos tallados por la erosión que forma parte del sistema montañoso de los Valles Calchaquíes, en la parte baja de los Andes. La ruta más popular para visitar la Quebrada de las Conchas es la que une Salta ciudad con Cafayate.
La verdad es que antes de ir a visitarlo yo ya llevaba en la mente esa idea del viejo oeste que sale en las películas, con un desierto inmenso lleno de arena, polvo y cactus gigantes. Y en cierta manera no me equivoqué. Los valles calchaquíes evocan muy bien ese escenario westerniano. Solo que están unos cuantos miles de kilómetros por debajo del viejo oeste americano y en lugar de cowboys e indios aquí reina la cultura gaucha y las leyendas de la etnia calchaquí.
Los Valles Calchaquíes están repartidos entre la provincia de Salta, donde se encuentran la Quebrada de las Conchas y la Quebrada de las Flechas; y la provincia de Tucumán, donde se encuentran la Quebrada de Humahuaca y los Valles del Tafí.
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¿Cómo recorrer la Quebrada de las Conchas?
- Contratando un tour. Si viajas solo y no te planteas la posibilidad de alquilar un auto, un tour es lo más cómodo. La mayor parte de ellos son tours de un día a una zona concreta de los Valles Calchaquíes: la Quebrada de las Conchas, el Parque de los Cardones, la Quebrada de Humahuaca y Tafí del Valle. Tanto en la ciudad de Salta como en San Miguel de Tucumán hay muchas agencias locales.
- Alquilando un auto. Sin duda tendrás mucha más libertad de movimiento y podrás hacer parada en los lugares donde los tours no lo hacen por falta de tiempo.
1. Los pueblos por la independencia de Argentina
Como mi viaje fue en invierno (a finales de julio) y en esta época a las 5 de la tarde ya comienza a oscurecer, tocó ser responsable y pegarse el madrugón para aprovechar el día al máximo. Poco después de las 6 a.m., después de unas cinco vueltas por el centro de Salta buscando a dos turistas despistados del grupo, nuestro micro estaba de camino a los Valles Calchaquíes.
Antes de llegar a la zona donde comienzan las quebradas propiamente dichas, el microbús atraviesa una serie de pueblitos. Hoy no tienen demasiado interés turístico, pero en el pasado fueron la base de operaciones del General Güemes y jugaron un papel importante en la organización de las tropas americanas contra los españoles.
Los pueblitos son Cerrillos, La Merced (de donde era nuestro guía), El Carril, Piedras Moradas, Coronel Moldes, Ampascachi, La Viña, Talampampa y finalmente, Alemanía.
2. Hacia el interior de la Quebrada de las Conchas
Poco antes de llegar a Alemanía, la carretera se vuelve más sinuosa, siguiendo la ribera del río de las Conchas. El color rojo que caracteriza al paisaje de las quebradas va ganándole terreno al verde, que cada vez se hace más escaso. Llega un punto en el que la vegetación se reduce a arbustos y matorrales en la falda de montes pelados. El color rojo cada vez se hace más intenso. ¡Nos adentramos en los Valles Calchaquíes!
Toda la Quebrada de las Conchas es un lienzo con una variada gama de rojos, naranjas y marrones. Las rocas se han ido desgastando dando forma a quebradas y miradores naturales espectaculares. Además, ocurre algo bastante curioso y es que dependiendo de la hora del día, la intensidad y el matiz de los colores puede ir cambiando. Esto se debe a la presencia de minerales en las rocas que reflejan a la luz del sol de una forma u otra a lo largo del día.
DATO: El nombre de Quebrada de las Conchas se debe a los fósiles marinos encontrados en este paraje.

Las caprichosas formas de la naturaleza
A lo largo de la Quebrada de las Conchas se repiten las rocas con formas sinuosas a las que se les ha ido dando distintos nombres. A no ser que vayas con vehículo propio, el autobús de las agencias turísticas no realiza parada. De todos modos, nuestro guía estuvo atento para irnos avisando cada vez que pasábamos por alguna de estas rocas.
Si vas en coche se puede hacer parada junto a cada una de ellas. Están identificadas con un letrero y hay miradores a lo largo de toda la carretera que serpentea entre las quebradas. Desde la carretera se pueden ver El Sapo, El Fraile, La Yesera, Las Ventanas, Los Barcos, y hasta un Obelisco de roca (como les gustan a los argentinos los obeliscos…).
3. La Garganta del Diablo y el Anfiteatro
Entre todas las formaciones, la que más impresiona es la Garganta del Diablo. Se trata de una enorme grieta entre dos rocas por la que se puede pasar caminando. La vista de este desfiladero con la música de los flautistas que se colocan en la entrada es un escenario que te hace sentir pequeño ante la inmensidad de la naturaleza.
Aquí hicimos nuestra primera parada de la mañana. Esta imagen fue una de las incluí entre mis postales favoritas de Sudamérica.
Micros aparacados junto a la Garganta del Diablo Turistas caminando hacia la Garganta del Diablo
La otra formación rocosa de gran calibre por la que se puede pasear es El Anfiteatro. Se trata de otro desfiladero producto de la erosión. Según nos explicó el guía, la acústica que hay dentro del Anfiteatro no tiene nada que envidiarle a la de un teatro construido por el hombre. Fue una pena que no nos diera tiempo a hacer parada, pero esa mañana había muchísima gente y era necesario entrar por turnos.
4. El Mirador de las Tres Cruces
No muy lejos de la Garganta del Diablo se encuentra el Mirador de las Tres Cruces. Se llama así por las tres cruces de madera que hay junto a la carretera, un poco antes de llegar al mirador.
Desde aquí se distingue perfectamente el paisaje de las quebradas. Las colinas están repartidas como montones de arcilla listos para que un artesano les dé forma. Sobre el suelo se extiende una finísima capa de vegetación verde pálido, que indica que por allí pasa el río.
Mirador de las 3 cruces. Valles Calchaquíes (Argentina) Valles Calchaquíes. Provincia de Salta, Argentina.
5. Cata en la Bodega Tierra colorada
Unos 15 minutos antes de llegar a Cafayate se encuentra la bodega Tierra Colorada donde hicimos nuesta tercera parada, cerca de la hora del almuerzo. Por la zona hay muchísimas bodegas y lo mejor es que muchas de ellas se pueden visitar libremente, sin necesidad de reserva. Los precios además son bastante asequibles, aunque vayas al margen de un circuito turístico. Así que no hay excusa para no realizar una buena cata de vino.
La actual bodega Tierra Colorada es bastante joven (abrió en 2009) aunque la tradición vitícola de la familia que la regenta se remonta unas cuantas generaciones atrás, hasta 1897. En sus viñedos hay cepas de Cabernet, Torrontés y Malbec (la última variedad introducida).

Vinos de la Bodega Tierra Colorada Bodega Tierra Colorada
El dueño de la finca nos ofreció una cata de los 5 vinos de la marca Desvarío (los de la imagen), que por ahora son los únicos que producen. El precio de la botella estaba muy bien para la calidad del vino. Pero viajar con mochila no da para muchas compras. Y esa noche tenía que tomar el autobús hacia la frontera boliviana, así que ya no me quedaba tiempo para llevarme una botella al hostel.
Desde la Bodega Tierra Colorada continuamos nuestra ruta por la Quebrada de las Conchas hacia Cafayate, rodeados por grandes extensiones de viñedo que dejan claro cuál es el producto estrella de estas tierras.
6. Cafayate, ciudad de vinos y bodegas
Cafayate es una ciudad vitivinícola asentada en un llano a 1.683 metros de altitud. La montaña se cierne alrededor de su parte occidental dando cobijo a sus edificios de una sola planta. En su parte oriental se extienden hectáreas de viñedos de las diferentes bodegas, aprovechando los llanos que hay junto al río de las Conchas.
Por el centro de Cafayate pasa la conocida ruta 40, la carretera que cruza Argentina de norte a sur desde Cabo Vírgenes (provincia de Santa Cruz) hasta la Quiaca (provincia de Jujuy). En otra época fue terreno dominado por los gauchos salteños, gentes acostumbradas a transitar por los valles montados a caballo. Hoy la tradición de los gauchos sigue muy presente en su folklore.

Cafayate produce unos vinos dulces, en su mayoría blancos de la variedad torrontés. Estos cuentan con la denominación Vinos de Altura, que se otorga a aquello vinos producidos a más de 800 metros de altitud.
Pero la amplitud térmica de sus viñedos, situados entre 1.500 y 2.500 metros sobre el nivel del mar les da un matiz especial que convierte a la provincia de Salta en uno de los ejes vitivinícolas más importantes de Argentina junto con Mendoza y Río Negro.
6.1 Museo de la Vid y el Vino
Como no podía ser de otra forma, Cafayate cuenta con un Museo de la Vid y el Vino. El Museo está prácticamente unido a la Bodega Encantada donde todos los años se celebra la Serenata a Cafayate, un festival folklórico con música y recitales para exaltar a la ciudad y a sus vinos. De hecho, todos los muros exteriores de la bodega están decorados con poesías y cancioncillas que halagan las virtudes de Cafayate, sus gentes, su viña y sus vinos. Creo que el amor de los cafayateños a su tierra queda bastante claro. Y después de haber probado sus vinos les doy toda la razón para estar orgullosos.

6.2 Un paseo por el centro de Cafayate
La ciudad no es demasiado grande ni tiene muchos monumentos para ver. El principal atractivo, como vengo contando, son las visitas a las bodegas y los parajes de la Quebrada y el Valle de Cafayate. Por su plaza central se puede ver que no es una ciudad colonial, sino construida a partir del siglo XIX. En esta plaza se encuentra la Catedral de Nuestra Señora del Rosario. También hay un patio donde se congrega la Asociación de Artesanos Independientes y que está bien para dar una vuelta entre las artesanías. El resto de la plaza son restaurantes y bares donde probar vinos y cervezas del lugar.

Calle de Cafayate con la montaña al fondo. (Argentina) Hostal sobre la ruta 40 en Cafayate (Argentina).
6.3 IPA La Burra, una cerveza belga artesana en la tierra de los gauchos
Una de las cosas que tienes que hacer si te gusta la cerveza y estás en Cafayate es probar la cerveza artesana IPA La Burra. (¿Cómo? ¿No estábamos en la tierra del vino?, te preguntarás) Cafayate es una región vitivinícola, pero en Argentina también se produce buena cerveza. Y esta es una de ellas.
IPA La Burra se fabrica en San Carlos (a 35 min de Cafayate) y lo que la distingue del resto de cervezas artesanas argentinas es que está producida al estilo belga. En Buenos Aires hay unos cuantos locales que la ofrecen y se ha hecho bastante popular entre los jóvenes. Como todas las cervezas belgas tiene una graduación alta (la más flojita tiene un 6% de alcohol), así que cuidado con tomártela de aperitivo con el estómago vacío.
El bar donde se vende está en la misma plaza 20 de febrero. A mí me vino de perlas con las empanadas que compré en una panadería al lado de la carretera.
7. Regreso a Salta
El camino de vuelta a Salta fue mucho más rápido. Solo hicimos dos paradas, la primera en una fonda en mitad de la Quebrada de las Conchas y la segunda en la salida de la misma. En esta fonda familiar tenían tres llamas, animal que suelen aporvechar las familias que viven desperdigadas por las quebradas por su lana, su carne y para transportar cargas.


Cuando volvimos a pasar por la Garganta del Diablo de camino a Salta las tierras ya no tenían el color anaranjado tan inteso que esa misma mañana. La temperatura comenzó a caer y el cielo a oscurecerse. A los pocos minutos de dejar la zona de curvas de la carretera 68 el sol se escondió poniendo fin a esa jornada y a la Ruta por la Quebrada de las Conchas.