En mi mente Cuenca está asociada a naturaleza. A una naturaleza llena de pinares, hoces, barrancos, rocas con formas imposibles, un mosaico multicolor que cambia con las estaciones y a un aire puro que no se ve, pero ser respira. Esa es la sensación general que recuerdo depués de la primera ruta en coche por la Serranía de Cuenca.
En estos momentos donde muchos empezamos a buscar espacios naturales y el turismo nacional se reactiva lentamente, la primera zona que se me ha ocurrido para un viaje corto y con estas características ha sido la del noroeste de la provincia conquense, por donde se extiende el Parque Natural de la Serranía de Cuenca.
Después cuatro años estudiando y viviendo en Cuenca, he tenido tiempo para conocer algunos pueblos y lugares interesantes de su provincia. Y como no solo quiero hablar de lugares lejanos y exóticos, sino también mostrarle al mundo las maravillas que tengo cerquita de casa, doy paso al primero de los artículos sobre mi Comunidad Autónoma, Castilla-La Mancha.
La ruta que propongo aquí es para realizarla en coche y comienza desde la misma ciudad de Cuenca, entre las hoces del río Júcar y el río Huécar. Aunque yo he recopilado los principales puntos de interés, a lo largo de todo el recorrido existen multitud caminos para hacer senderismo y muchos accidentes naturales entre riachuelos, hondonadas, cuevas, etc. donde hacer parada.
¡Comenzamos la ruta en coche por la Serranía de Cuenca!
Índice de contenidos
Sobre esta ruta y el Parque Natural de la Serranía de Cuenca
Como decía antes, la provincia de Cuenca esta muy ligada al turismo de interior y los espacios naturales. Y no es de extrañar, ya que con los años la propia naturaleza ha ido transformando la serranía en un paisaje muy peculiar, igual que un artista trabajando sobre su lienzo.
Tampoco es casualidad que en el siglo XX la ciudad se convirtiera en un refugio para artistas contemporáneos que se expresaban a través de lo abstracto. A lo largo del Parque Natural de La Serranía de la Cuenca se multiplican los accidentes naturales con formas sugerentes y las formaciones rocosas que podrían confundirse con esculturas talladas por el hombre.
Esta ruta puede hacerse en dos días o tres, dependiendo de los rápido o lento que vayáis. Por eso es ideal para una escapada de fin de semana o un puente. Para hacer noche podéis elegir entre dormir en la ciudad de Cuenca o reservar alojamiento en alguno de los pueblos de la serranía: Uña, Tragacete, etc. Además de hoteles hay muchos campings y casas rurales ya que el espacio no podía ser más adecuado.
Carreteras posibles para el primer tramo
Para llegar a la Ciudad Encantada, primera parada «grande» de este recorrido, hay dos rutas posibles. No hay una ruta más rápida y una más corta pues en ambas se tarda una media hora. La única diferencia son las curvas.
- La primera ruta pasa por la carretera CM-2104, que llega a la Ciudad Encantada desde la parte sur después de un trayecto con bastantes curvas. Tomando esta primera ruta podéis hacer parada en la Ermita de San Julián, a 15 minutos de Cuenca.
- La segunda ruta pasa por la carretera CM-2105, que llega a la Ciudad Encantada desde la parte norte y tiene menos curvas. Tomando esta segunda podéis hacer parada en el Ventano del Diablo, un mirador natural a la hoz del Júcar.
De todas formas, si vais a ir por la segunda ruta podéis acercaros primero a ver la Ermita que está a solo 15 minutos de la ciudad y continuar después por la otra carretera. De la misma manera, si tomáis la primera ruta, podéis hacer parada en la Ermita y hacercaros a ver el Ventano del Diablo después de ver la Ciudad Encantada (está a 15 minutos del parque natural).
La Ermita de San Julián
San Julián es uno de los dos patrones que tiene Cuenca (el otro es San Mateo). A apenas 15 minutos de la ciudad, se puede visitar la ermita construida junto a la gruta a donde el santo acudía caminando todos los días desde la Catedral, a practicar sus ejercicios espirituales.
Antes de convertirse el segundo obispo que tuvo la ciudad, San Julián ya se había ganado el respeto de la gente como profesor universitario. Pero el resto de su fama se la ganó con sus obras de caridad en una ciudad recientemente conquistada a los musulmanes y donde la peste negra causaba estragos.
Aunque se puede llegar por carretera hasta cerca de la Ermita, el último tramo hay que hacerlo andando. La subida requiere un poco de esfuerzo, pero merece la pena por las vistas. Abajo, en el pie de la colina, hay un aparcamiento para dejar el coche.
El Ventano del Diablo
El ventano del Diablo es un espectacular mirador natural al borde de un barranco. Dos cientos metros más abajo serpentea el Júcar, como un riachuelo esquivando la maleza y acomodándose en el estrecho hueco que le deja el terreno escarpado. En los alrededores del Ventano del Diablo se practica el barranquismo ya que la zona está llena de paredes verticales que delimitan la hoz del río.
Lo más asombroso del mirador es que la propia naturaleza ha sido su artesana, escavando la roca hasta convertirla en una bóveda, parecida a las que se ven en las iglesias, desde la que poder asomarse al abismo. Como si hubiera querido regalar a la humanidad una vista privilegiada a los barrancos que guían el curso del río.

La Ciudad Encantada
La Ciudad Encantada es una de esas maravillas naturales donde el tiempo y el clima han ido tallando sus propias esculturas. A lo largo del recorrido por esta «ciudad» perdida en la sierra se pueden ver hasta 15 formaciones rocosas a las que la gente del lugar les ha ido poniendo nombres en función de aquello que les sugerían.
La Ciudad Encantada está enclavado en medio del paisaje kárstico que caracteriza a la sierra conquense es decir, en medio de un terreno dominado por grandes depresiones, acuíferos, cuevas y montañas muy erosionadas. Y de esta combinación de elementos nace gran parte de la magia que podemos ver en el paisaje durante esta ruta por la Serranía de Cuenca.
Durante el recorrido se pueden ver los barcos, la cara del hombre, la foca, el perro, el tobogán (uno de mis favoritos), el puente romano, el mar de piedra, la lucha elefante-cocodrilo, el túnel, el convento, el teatro, los hongos, la tortuga, los osos y los amantes de Teruel.
El Tormo de la Ciudad Encantada de Cuenca Pasadizo en la Ciudad Encantada La Ciudad Encantada, en el corazón de la Serranía de Cuenca
Pero la figura más conocida de todas es el Tormo Alto. Este monolito de 20 metros de altura ha ido erosionándose de manera desigual debido a la composición mineral de la roca (unos minerales son más resistentes que otros y por tanto se desgastan de manera diferente). Desafiando a la gravedad con su base estrecha y su terminación prominente en lo alto, el tormo se ha convertido en el principal símbolos de la Serranía de Cuenca.
Cuesta creer que semejante colección de arte haya podido esculpirse sin intervención humana. Pero este paisaje poblado por rocas que parecen víctima de un hechizo no ha sido fruto de ningún proyecto humano ni de ninguna mente artística, sino de años y años de erosión sobre las dolomías, un tipo de roca muy parecida a la caliza.
Además, en la Ciudad Encantada entra en acción el juego de perspectivas. La misma roca puede ser un determinado animal u objeto si la miramos desde un determinado ángulo. Pero también puede ser otra cosa completamente distinta si la observamos desde una perspectiva diferente. Da rienda suelta a tu imaginación y encuentra a qué se parece cada una.
DATOS PRÁCTICOS: (1)El recorrido tiene 3 kilómetros y no presenta mayor dificiultad. Solo hace falta calzado cómodo y mejor si lleváis también ropa deportiva. (2)A la entrada de la Ciudad Encantada hay un restaurante y un bar para comer o tomar algo. Ofrecen también gastronomía típica de la serranía. (3)Es aboslutamente recomendable ir con un guía. De otra forma es difícil reparar en algunas de las formaciones y saber por qué se las llama de tal o cual forma.
La Laguna de Uña
Siguiendo hacia el norte por la carretera que sale de la Ciudad Encantada, llegaremos al pueblo de Uña donde se encuentra la laguna del mismo nombre. El pueblecito vive del turismo que atrae la laguna y los deportes que se practican a su alrededor, como el senderismo. También tiene una piscifactoría dedicada especialmente a la cría de trucha común (cuya población ha ido en descenso en las últimas décadas) para repoblar la cabecera del Júcar.
La Laguna de Uña tenía originalmente una extensión de 3 hectáreas y era el embalse natural del Arroyo del Rincón que desemboca en Uña. Pero tras la construcción del Embalse de la Toba, la laguna se provee de las aguas del Júcar alcanzando su extensión actual de 15 hectáreas. Actualmente, el agua de la Laguna de Uña se deriva a su vez a la Central Hidroeléctrica de Villalba.
Alrededor de la Laguna existe un sendero circular que puede recorrerse a pie. Para los aficionados al senderismo un poco más existe otra ruta más larga: la del Escalerón a la Raya. Esta lleva hasta un mirador en lo alto de la sierra, aunque requiere más esfuerzo ya que son 9 kilómetros. Aquí vosotros elegiís en función del tiempo y las ganas. Después continuamos nuestra ruta por la Serranía de Cuenca.

El Embalse de La Toba
Desde Uña al Embalse de la Toba hay apenas cuatro minutos en coche. La carretera discurre entre el pinar hasta que, al girar una de las curvas, el caudal retenido del Júcar comienza a ser visible.
A lo largo de la carretera hay un par de miradores donde se puede aparcar el coche y salir a ver la vista del pantano. Si es verano es posible que podáis daros un chapuzón en el área acotada para ello. Eso sí, no esperéis arena fina ni un sitio cómodo para tumbaros con la toalla. ¡Seguimos en medio de la Serranía!
El pueblo de Tragacete
El pueblo de Tragacete es la última parada antes de continuar camino hacia el nacimiento del Río Cuervo. Tragacete se encuentra en la Serranía Alta de Cuenca, la parte que queda más al norte, a 1.283 metros de altitud. Como en otros pueblos de esta zona próxima al río Cuervo, en Tragacete el sol se percibe más intenso y el agua de las fuentes más freca y cristalina. Alrededor se respira el aroma a pino y a tierra.
En el pueblo se encuentra el Centro de interpretación del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, que ofrece información detallada sobre su ecosistema, la fauna y la flora local y su importancia dentro de la red de parques naturales de Castilla-La Mancha.
Tragacete es también una buena parada para probar algo de la gastronomía de la Serranía de Cuenca antes de continuar la ruta. La carne más típica por estas latitudes es la de gamo, una animal perteneciente a la familia de los ciervos. Con esta carne se cocinan estofados y se elaboran embutidos como salchichón y chorizo. Y por supuesto, estando en la sierra no puede faltar un plato como el morteruelo o unas buenas migas para ir bien cargado de energías.
La Chorrera del Molino y el nacimiento del Río Júcar
Muy cerquita del pueblo de Tragacete se encuentra la cascada de la Chorrera del Molino. Si vais con tiempo suficiente, esta casacada es un buen preludio antes de visitar el nacimiento del río Cuervo. Para llegar a ella hay que tomar un camino que sale desde la carretera que cruza el pueblo y que lleva al albergue de San Blas.
Deberemos dejar el coche un poco antes de llegar a la cascada y recorrer el último tramo a pie. No hay problemas para llegar a ella ya que está bien señalizada. Un poco más al noreste, a 12 kilómetros de la chorrera o cascada, se encuentra en el nacimiento del río Júcar. Si vais con tiempo suficiente es otra buena parada, aunque la fundamental por esta zona es el nacimiento del río Cuervo, más impresionante y con unas postales de ensueño.
El nacimiento del Río Cuervo
El nacimiento de Río Cuervo es la última joya que nos regala la naturaleza en esta ruta por la Serranía de Cuenca. Todo el entorno del Río Cuervo está rodeado de tilos, sauces, pinos y arbustos. Un manto de musgo cubre las rocas por donde resbala incesante el agua. La humedad se nota en el ambiente y el murmullo del río nos acompaña durante toda la visita.
Laguna en el nacimiento del río Cuervo
El sendero que lleva hasta la parte más alta de este paraje natural pasa por muchas cascadas donde el agua se divide en decenas de riachuelos y se forman pequeñas lagunas. Al ser una caída de agua tan distribuida el paseo se disfruta mucho más ya que el sendero está lleno de rincones para tomar fotos y disfrutar de la quietud de la sierra.
La última de estas cascadas, la que está a mayor altura, tiene una subida más estrecha. El terreno es muy húmedo en esta zona y suelen formarse charcos por lo que hay que tener cuidado con los resbalones. Desde esta última catarata tendremos la vista del agua brotando directamente de la roca, totalmente limpia y transparente.
DATOS PRÁCTICOS: (1)El aparcamiento está en una explanada grande bajo los pinos, frente a la entrada al monumento natural (mucho cuidado al cruzar la carretera). (2)Además del sendero que lleva hasta el nacimiento del río, hay dos rutas que pueden hacerse caminando. (3)En invierno el agua de las cascadas puede estar congelada, ofreciendo una estampa distinta. Si ha llovido recientemente habrá bastante barro por lo que es mejor llevar un calzado adecuado para montaña.
Y aquí concluye esta ruta en coche por la Serranía de Cuenca. Al ser una provincia principalmente rural, Cuenca es una desconexión perfecta del ajetreo urbano y una re-conexión con la naturaleza. Y para mí una provincia con cientos de espacios al aire libre para disfrutar del deporte y los paisajes de nuestra madre tierra. ¿Vosotros qué opináis?
6 Comments
De la serranía de Cuenca tan solo conozco el ventano del Diablo y la Ciudad Encantada, dos lugares francamente maravillosos a los que me gustaría complementar algún día con el resto de los lugares que has mencionado. Al nacimiento del río Cuervo le tengo muchisimas ganas desde hace tiempo, pero he apuntado los demás. Gracias por la info.
Qué bien, Carmen, que ya conozcas estos dos lugares de Cuenca. Sin duda el nacimiento del río Cuervo es otro lugar maravilloso para pasar el día disfrutando de naturaleza y relax. ¡Te gustará!
Qué recuerdos más bonitos nos ha traído Cuenca. Conocimos la ciudad en diciembre, pero no pudimos visitar tantas cosas como vosotros. Solo la Ciudad Encantada y la Ventana del Diablo; así que para un fin de semana de otoño seguiremos vuestros consejos para ir en coche por la Serranía de Cuenca; sobre todo el río.
Un abrazo
Estupendo Mª Cruz, la Serranía de Cuenca es un remanso de paz y naturaleza. ¡Un abrazo a tí también!
¡Hola Rocío! Excelente información sobre la zona de la serranía de Cuenca, ¡me ha encantado leerlo! Cuenca es una ciudad que me gustó mucho. Hace años hicimos una pequeña ruta en coche hasta allí desde Madrid y después de ver la ciudad fuimos también hasta el ventano del Diablo y a la Ciudad Encantada. Lo malo es que esta última no la pudimos terminar de ver porque me torcí el tobillo y tuvimos que irnos 🙁 Así que tengo pendiente volver algún día y aprovecharé para visitar los demás lugares que comentas, ¡ya los he anotado en la lista!
Saludos
Hola Arantza. Qué mala pata torcerte el tobillo. Me alegro de que te haya gustado este artículo y tengas unos cuántos sitios más para visitar. A ver si la próxima ruta por la Serranía de Cuenca se desarrolla sin imprevistos. ¡Un saludo!